Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Con deslumbrante maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en un tapiz https://hassanmnzm846669.aioblogs.com/91206618/así-reaccionó-el-mundo-al-cabezazo-de-zidane